La esperanza tan dulce
tan pulida, tan triste
la promesa tan leve
no me sirve.
No me sirve tan mansa
la esperanza.
La rabia tan sumisa
tan débil, tan humilde
el furor tan prudente,
no me sirve.
No me sirve tan sabia
tanta rabia.
El grito tan exacto
si el tiempo lo permite
alarido tan pulcro
no me sirve.
El coraje tan dócil
la bravura tan chirle
la intrepidez tan lenta
no me sirve.
No me sirve tan fría
la osadía.
Sí me sirve la vida que es vida hasta morirse.
El corazón alerta
sí me sirve.
Me sirve cuando avanza
la confianza.
Me sirve tu mirada
que es generosa y firme
y tu silencio franco
sí me sirve.
Me sirve la medida
de tu vida.
Me sirve tu futuro
que es un presente libre
y tu lucha de siempre
sí me sirve.
Me sirve tu batalla
sin medalla.
Me sirve la modestia
de tu orgullo posible
y de tu mano segura
sí me sirve.
Me sirve tu sendero,
compañero.